El bosque mágico me reclama de nuevo, mi mundo se vuelve a llenar de árboles y de colores.
No me queda más remedio que retomar los pinceles, obedecer y pintar sin parar.
Es una necesidad imparable, el que la ha sentido lo sabe y me puede entender.
Desde niña he sido peligrosa con una brocha en la mano. Que se lo pregunten a mis hermanas, un día decoré una sábana blanca con esmalte rojo de uñas...El almohadón estaba bordado en ese color y la sábana no tenía nada, había que arreglarlo... Sigo con brochas y pinceles de todos los tamaños, intentando hacer de mi mundo un lugar un poco más bello. En este blog también encontraréis algunas de mis costuras y bastantes cosas recicladas, campo en el que no paro de investigar.